La verdad, es que, no sé qué salió.
Y también no estar triste,
no crecer con las fuentes, no doblarse en los sauces.
Ancha es la luz para dos ojos, y el dolor danza
en los pechos que aceptan sin flaqueza sus fríos escarpines.
Y no decirte: ni lejana, ni perdida
para no darle razón al mar que te retiene.
Y elogiarte en la más perfecta soledad
a la hora en que tu nombre es la primera lumbre en mi ventana
pues benditos sean mis ojos porque tan alto miraron.
Y también no estar triste,
no crecer con las fuentes, no doblarse en los sauces.
Ancha es la luz para dos ojos, y el dolor danza
en los pechos que aceptan sin flaqueza sus fríos escarpines.
Y no decirte: ni lejana, ni perdida
para no darle razón al mar que te retiene.
Y elogiarte en la más perfecta soledad
a la hora en que tu nombre es la primera lumbre en mi ventana
pues benditos sean mis ojos porque tan alto miraron.
diegho..
ResponderEliminaresto es simplemente hermoso.