¿Ahora que crees?

Un escrito hecho para pocos que ya son muchos

Mi nombre es Daniel Aramburú. Tengo veinticuatro años. Soy narcisista de nacimiento. Nací entre las frontera de la inteligencia y la soberbia. Soy según todos el ser más predecible que existe y al cual es fácil conocer.
Mi hasta hoy ajada vida se ha coactado de situaciones ajenas a mi. Mi hasta hoy estupefacta vida se ha envuelto en un mundo de actuación. Mi hasta hoy vida vileza se ha cuajado de las más viles mentiras. Mi hasta hoy cocainesca vida se ha jactado del maltrato en serie de las almas “inocentes” (y lo afirmo inocentes entre comillas).
Desde que llegue a este mitómano mundo lo que más he tenido que escuchar es cuando te dicen con tonito de sabelones galácticos: que esa no se la haces a ellos; porque ya te conocen, ¡ja! me río. Estos creen que me conocen. Pasa algo y me dicen que ya sabían lo que iba a hacer porque soy muy predecible. No saben lo predecible que se ven ellos con esas caras. Lo desnudos que están con esa sonrisa de idota analfabeto. Caray todo el mundo me busca pues creen que soy el bonachón del grupo, el mejor amigo, que a mi me interesa el bienestar de todos, que mi felicidad depende de los demás, que mi bienestar esta amarrado con la del mundo. Demonios al mundo con los demonios del globo terrestre. Perpetua lujuria en mi mente al verlos mirarme con buenas caras. Indecentes sus almas ocultan el frío destierro de alma abyecta a un escalofriante giro que llaman conocimiento. Metáforas desperfectas declinan cuando busco el complejo sentir de mi ser al verlos creer que me conocen.
Cuán precoces sus ideas. Tan inmaduras certezas las que opinan. Opinan sin haberme visto el alma mas no solo los ojos, pero dios no como ella. Jamás fui entregado a tanta pureza destellante en el cultivo fructífero del amor. Solo ella me puede conocer como soy. Solo ella puede llamar al Daniel original. Ella solo puede entender mis ideas mas no la deje. Era demasiado. Nadie podía descubrir la quinta pared que escondo tras una vieja maloliente mascarilla a que todos llaman bondad.
La santa paloma de Daniel. El hijo predilecto. El niño perfecto. Santa cachucha viejos decrépitos. Inverosímiles pensamientos. Creer en mi al hombre electo. En ver a mi a la persona elegida pues me zurro en las buellas caras de estos que van desde la panzona del convento hasta el dictadorzuelo otoñal de mi padre. Lacra de gente mentirosa no tanto como yo. ¡Me quieren imitar! Se quieren llevar mi reino, entonces perfecto: muy bien pueden entrar pero aquí yo elijo quien demonios sale y quien ángeles se queda. Quién se queda a pedir ayuda a suplicar piedad. Cuántos amores pasaron por aquí pidiendo cobija pues pensaron en mi hombro como sincero y valiente. Soy malo. Tuerto y puto pero nada cobarde. Los cago de miedo y por eso los hago mierda, pero nunca les doy a las espaldas. Solo atino a luchar hasta tomarlos en peso para así tirarlos al barranco cuando ustedes “angelicalmente” duermen.
Pensaste que podría ser el novio ideal para ti, discúlpame ¿Sí? No lo soy. No soy tu novio pues mamacita no me interesas. Me das igual. Me vale un bledo tus sentimientos tu cariño. Tus lágrimas. Amor guárdaselas para el próximo estoico animal que pretenda amarte. Te deseo lo mejor fuera de mi. No te me acerques bebita no te quiero dañar. Gracias por tus besos. No sabes cuanto los disfruté. Cuánto los gocé. Cuán excitado me llegue a sentir al palmar tus hermosas piernas. Las toqué. Las bendecí. Te bendecí. Te becé. Te hice llorar ahora me voy. Cágate tú y tu zorra humanidad (malditos peces que siguen a los demás en monótonas vidas. Palabras superfluas las de ustedes) Pero ahora busco a otra que tú conoces. Con ella me siento mejor. Ella si me apoya. Ella no cree conocerme y es salomónico pretender no meterse en asuntillos de niña engreída como lo eres tú.
Creen que es lindo cuidar a un chibolo decrepito. A un niño idiota. A la sobra del planeta, pues no lo es pero ahora le pongo fin a todo. Les doy su final a todos. Ya van cuatro ahora sólo me quedan nueve: así es son trece él número perfecto. Así quizás me convierta en el décimo tercer apóstol de Jesús, total le estoy haciendo un bien a la humanidad. Los cuido en el albergue de ahí pido permiso para llevarme a uno a pasear por la playa después no sé de pronto me da por invitarle agua pero antes se pone pastillas para dormir ¿recuerdas cuándo dije que los arrojaba al barranco mientras dormían como “angelitos”? Pues así es. Bote ya a cuatro engendros especiales y voy por el quinto. Como nadie duda de este modelo de persona, de este gran tipo, de este ángel.
Papá te odio con todas mis fuerzas. Te juré la guerra cuando vi llorar a mamá. Pedazo de miseria. Machista intrépido. Violador mental. Viejo estirado carroñero incapaz. Eres lo peor de este y en mundo y lo sabes. La puta madre lo sabes y eso me gusta. Así cuando mueras miserable sabrás porque demonios te vas al infierno. Siempre escucho que dicen de los muertos todos se han ido al cielo sean lo que hallan sido. Pues ahora no. Yo diré cuando pregunten por ti: que te pudres con los chibolos. Gracias por hacerme así. Gracias por nunca escucharme. Gracias por golpearme. Gracias por engendrarme. Gracias a mi abuelo por hacerte así.
La coartada perfecta se hará realidad. Pasaré a la historia. Vamos papá, te invitaré agua mientras caminamos por la playa mientras me ves cuidar al quinto enano. Seremos padre e hijo y un intruso. Será emocionante ya verás.
Este soy yo. Me crees conocer. Me conoces a penas y ya dices entenderme. Dios mío perdónalos porque no saben lo que hacen. ¿Ahora sigues pensando lo mismo? ¿Quieres intentar salvar al mundo? Pues dices que soy predecible. Te he contado lo que haré entonces te invito a que acudas. Bajada Balta 3 PM. Ojala acudas a mi llamado. Te repito por segunda vez: soy predecible, anda y verás. ¿Ahora que crees?